Tallan madera, cantera… y su vida


FRESNILLO. Cierre los ojos y represente en su mente un objeto, el que sea… ¿Se imagina usted que en las faldas de la Sierra Madre Occidental, en Fresnillo, existe una familia de talladores que puede transformar un pedazo de madera en ese objeto que usted vio en su imaginación?

Desde el año 1940, en San Juan de la Casimira, comunidad ubicada a 40 kilómetros de la cabecera municipal de Fresnillo, se ha formado una pasta generacional de artesanos que, ante la falta de oportunidades laborales, ha hecho del oficio de tallador un arte y un medio de subsistencia.

Su habilidad en el dominio del formón y el buril les permiten hacer esculturas de madera que son dignas de llamarse “obras de arte”, mismas que han sido premiadas no sólo por Gobernadores en turno, sino por un Presidente de la República.

Su don artesanal no se aboca sólo al trabajo de la madera, la familia Puente ha sabido aprovechar los materiales que hay en su entorno, de tal forma que también son conocidos en la región por ser talladores de piedra cantera.

                              

 

Se entretenía tallando pajaritos

Al no tener acceso a una escuela, a los 8 años, allá en 1940, Benjamín Puente Torres acompañaba a su papá Antonio Hernández a cortar madera a la Sierra del Chivo, situada antes de llegar a la comunidad Milpillas de la Sierra, para hacer vigas que serían utilizadas en techos de inmuebles de la región.

Mientras su papá hacía la faena laboral, él encontró un medio de entretenimiento: tomaba con una mano los sobrantes de viga y con la otra mano sostenía una pequeña navaja que utilizaba para pelar el pedazo de madera hasta lograr darle forma de un pájaro.

A sus 17 años encontró un tallador de madera foráneo que ofrecía sus productos en la calle Reforma, de Fresnillo. Al dialogar con él, aprendió que la madera tiene un hilo conductor que es el que sirve de guía para dar simetría a las esculturas y a la vez marca la pauta en el tallado.

Los conocimientos adquiridos y el observar que la artesanía es un medio de subsistencia económica, motivaron a Benjamín a hacer del tallado de madera, y posteriormente del tallado de piedra cantera, una forma de vida.

Los secretos de este arte con el tiempo los heredó a su descendiente Homero y éste a su vez a sus hijos Homero, Lino y Marco Antonio… Hoy en día Benjamín Puente tiene 87 años y todavía talla madera y piedra en un pequeño taller artesanal ubicado en San Juan de la Casimira.

                                  

 

Pequeñas esculturas

Los martes y jueves, Sombrerete y Jerez, dos Pueblos Mágicos, engalanan sus calles y sus tianguis con los diferentes objetos de madera y piedra que a precios módicos ofertan Don Benjamín y Homero.

Se trata de pequeñas esculturas elaboradas por los miembros de la familia Puente, las cuales llaman la atención al marchante y al peatón por su diversidad de formas y por el trabajo que, a simple vista, representa su elaboración.

Las de madera son elaboradas con troncos de árbol de sauce. Son variadas y diversas, van desde un burro de carga que trae a sus lomos cajas de madera; Ixchel, la diosa maya de la luna; o bien un cuadro que emula la pintura de La última cena, elaborada por Leonado da Vinci a finales del siglo 15.

Don Benjamín Puente es un hombre que es lento en su andar. Sus diálogos son cortos, precisos y con tino fino, tal y como lo es el tallado de la madera.

“Cualquier cosa que se imagine la podemos hacer en madera. Ya llevamos tantos años trabajándola que sabemos desde seleccionar un buen tronco hasta por dónde empezar el corte”, refirió.

En San Juan de la Casimira la familia Puente tiene un pequeño taller artesanal, que es donde realizan sus trabajos, en éste hay un pequeño espacio en el que ofertan a los escasos visitantes que acuden a este lugar sus productos terminados.

La fama y reconocimiento por el arte que realizan les ha valido que en ocasiones realicen trabajos por encargo para funcionarios de los gobiernos estatal o municipal e incluso hacen esculturas que son pagadas en dólares por los paisanos que radican en el vecino país del norte.

                                             

Reconocimientos, capacidad y habilidad

La entrada de la comunidad San José del Río, Fresnillo, a unos kilómetros de San Juan de la Casimira, se caracteriza por tener un Cristo con brazos abiertos de piedra cantera que parece estar sobre un pedestal.

En la base de ese pedestal está labrada una Virgen de Guadalupe, ésta fue tallada por Homero Puente Ventureño a petición de miembros del comité delegacional de este lugar.

El talento que le caracteriza le ha abierto camino para reconstruir episodios de la historia de Zacatecas, como es el caso de la pila de agua de la Hacienda de nuestra señora de la Soledad, de la comunidad Ábrego, en Fresnillo, construida a principios del siglo 18 y destruida en tiempos de la Revolución Mexicana.

Gracias a su capacidad y talento en el tallado de piedra, Homero fue invitado por el sacerdote de la comunidad para reconstruir la pila de agua, misma que en su momento abastecía a los pobladores de esta localidad. El trabajo lo terminó hace un par de semanas.

Es precisamente esa capacidad y habilidad en el tallado de madera y piedra que caracteriza a la familia Puente el que permite que tengan en su haber más de 100 reconocimientos municipales, estatales y nacionales.

El 11 de octubre de 2006, la familia Puente recibió de manos de la entonces gobernadora Amalia García Medina un reconocimiento por su aporte a la cultura, el mismo distintivo les fue entregado por el entonces gobernador Miguel Alonso Reyes el 21 de marzo de 2013.

Pero el que más pende en la satisfacción de los miembros de esta familia es el tercer lugar nacional obtenido en un concurso de artesanías, mismo que les fue entregado el 18 de marzo de 2007 por el entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa.

         

Talento que se hereda

Lino es el segundo hijo de Homero Puente Ventureño. Él, al igual que sus hermanos, aprendió de su abuelo Benjamín y de su padre el tallado de madera y piedra cantera, y además de su tío Salvador Ventureño aprende el labrado de la piedra volcánica.

Desde pequeño se formó en este oficio a través de la observación, perseverancia y al intentar una y otra vez el labrado de piezas en el taller artesanal de la familia Puente.

Hoy en día tiene 16 años y justo este viernes, en la cuarta edición del Festival Estatal de Arte y Cultura del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Zacatecas (Cecytez) logró el primer lugar en la categoría de Trabajo artesanal, en donde talló una cabeza de un ídolo prehispánico una piedra de cantera.

El logro obtenido como alumno del plantel ubicado en Buenavista de Trujillo, le dio la posibilidad de representar a Zacatecas en la etapa nacional de este concurso, la cual que se realizará la próxima semana en Puebla.

Homero considera que el logro de su hijo se debe a la filosofía laboral que impregna a la familia Puente: “cierra los ojos e imagina el objeto, si lo ves en la mente lo puedes tallar”.

 

Carlos Triana / Tropicozacatecas.com

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