“Hasta que la dignidad se haga costumbre”, lucha de Mara Muñoz


ZACATECAS. La LXIII (63) Legislatura de Zacatecas otorgó a la activista Mara Irommy Muñoz Galván el Premio “María Rodríguez Murillo”, debido a sus acciones a favor de la defensa de los derechos de las mujeres.

Luego de recibir el reconocimiento, Muñoz Galván externó que las luchas de las mujeres han sido una búsqueda por la equidad, la justicia y las formas libres e igualitarias de organización social, algo por lo que batalló María Rodríguez Murillo.

“Esta mujer dio su vida por la instauración de un Estado laico, por las ideas de un régimen que lograra la igualdad social y económica. Es sus tiempos esto era sancionado por el fanatismo, su osadía le costó la tortura en vida y ser asesinada de manera por demás violenta. María Rodríguez Murillo fue víctima de un feminicidio político”, expresó.

Y replicó un fragmento que en su memoria publicó la revista Contralínea y retomó El Universal, el 17 de junio de 2001:

“La madrugada del 26 de octubre de 1935, los cristeros le advirtieron a la maestra que se fuera del pueblo; como no lo hizo, la violaron, la golpearon, la amarraron con una soga de los pies y la arrastraron a galope de caballo por el camino terregoso que lleva a la salida de Huiscolco [Tabasco, Zacatecas].

“Le cortaron los senos y los colgaron en arbustos localizados en la orilla del camino. Uno a la derecha, otro a la izquierda, como ejemplo, para que los demás maestros rurales desistieran de impartir educación socialista…

“…A la mañana siguiente del sangriento asesinato, el cura del lugar dijo misa y absolvió a los asesinos. La señorita Murillo fue acusada de ser comunista y de apoyar el reparto de tierras, mientras la gran mayoría del clero condenaba el agrarismo y amenazaba a los campesinos que recibieran tierras con los castigos eternos del infierno.

“Murillo se había enfrentado con el cacique del lugar porque él no quería que sus trabajadores aprendieran a leer y escribir, mientras el cura la tachaba de hereje”.

Ante activistas, diputadas y personas de la sociedad, civil, en el vestíbulo del Congreso del Estado, Mara Muñoz enfatizó que la vida de María Rodríguez Murillo “nos deja claro cómo se ejerce la política feminista que las mujeres practicamos y deseamos para el mundo. Nuestro motor no son los intereses, sino las ideas y el bien común, entendiendo que sin nuestra participación en condiciones de justicia e igualdad este último es imposible”.

A más de ocho décadas del feminicido de María Rodríguez Murillo, añadió la galardonada, nueve mujeres y niñas son asesinadas en México diariamente. “La violencia contra mujeres y niñas no sólo no se ha erradicado de nuestra sociedad, sino que avanza a ritmos vertiginosos”.

Y continuó: “El fanatismo religioso que asesinó a María Rodríguez Murillo hoy se traduce en una misoginia que se vive desde la casa, el lugar más peligroso para mujeres y niñas, hasta la comunidad. Un odio hacia las mujeres exacerbado por un mercado rapaz en donde todo parece ser desechable, incluso nuestras cuerpas (sic)”.

Para Muñoz Galván, “no podemos pensar en la violencia machista contra mujeres y niñas como casos aislados, nuestra comprensión del problema debe pasar por cuestionar un sistema capitalista y patriarcal que deja en nuestras cuerpas (sic) el rastro de la conquista. Este sistema no es un abstracto, se materializa en las personas que se postulan para ocupar puestos de autoridad en el Estado, en aquellas personas que buscan gobernar subrepticiamente desde el mercado, generando un poder que aumenta las cualidades de clasista y patriarcal que marcan el origen del Estado”.

Y prosiguió en su discurso: “María Rodríguez Murillo hubiera padecido ver cómo el poder político y económico hoy se confunden, cómo la clase política responde a intereses económicos muy por encima del cumplimiento de su responsabilidad de gobernar para todas y todos. En esa ecuación las mujeres quedamos en una situación de especial vulnerabilidad que se ve reflejada en la violencia institucional y revictimización a la que somos sometidas cuando nos acercamos a las instituciones del Estado en búsqueda de justicia”.

“El feminismo hoy día se ha utilizado para la creación de múltiples instituciones que en el discurso trabajan por nuestros derechos, pero que en la práctica se han convertido en mirones de palo ante la barbarie a la que nos enfrentamos. ¿Cómo conseguir entonces que el feminismo viva e impacte en el rumbo social? La respuesta no es fácil de alcanzar, pero está cerca de encontrarse en la participación colectiva consciente, en llevar hasta sus últimas consecuencias la consigna del feminismo: ‘lo personal es político’. El poder de nosotras las mujeres se teje desde abajo y se ejerce de manera cotidiana, en todos los espacios, en todo momento. Por eso el reto es transformar a la sociedad desde adentro, en la política de todos los días”.

“Hoy un poder del Estado, el Legislativo, reconoce mi trabajo en favor de los derechos humanos de mujeres y niñas. Más que un honor, es una gran responsabilidad y posibilidad. Responsabilidad porque María Rodríguez Murillo, su vida, su tortura, su asesinato; están presentes en esta presea y no queda más que actuar de todas las formas posibles en la política de todos los días, de la mano de aquellas mujeres que creen en lo colectivo, en la libertad, en la justicia, en el trabajo político y social cotidiano, hasta que la dignidad se haga costumbre”.

“Esta presea es una posibilidad porque cuando la Legislatura reconoce una trayectoria como la mía, en donde los episodios de confrontación con el Estado en la defensa de nuestros derechos ha sido constante, está enviando un mensaje de compromiso que deberá verse reflejado en su agenda legislativa y en el ejercicio de sus facultades de fiscalización hacia el Poder Ejecutivo y Judicial. Zacatecas y México necesitan verdaderos contrapesos de poder en la vida pública”.

“La sociedad no puede seguir sosteniendo un Estado de pies gelatinosos, apelmazado en su estructura por el peso de los privilegios de quienes gobiernan. Hoy, en memoria de María Rodríguez Murillo, quiero decir: Si el Estado no para esta guerra contra las mujeres que lo pauperiza todo, no justifica su existencia”.

Mara Muñoz dedicó esta presea “a todas las mujeres marginadas y violentadas por el sistema, a mis hermanas trabajadoras sexuales, a las que el sistema llama enfermas mentales, a las niñas, a las mujeres lesbianas, a las transexuales, a todas las hermanas víctimas de feminicidio”.

“Sirva el nombre de María Rodríguez Murillo, su vida y ejemplo para honrarlas a todas ustedes, mujeres que luchan”, remató.

Redacción / Tropicozacatecas.com

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