Axis Mundi: Noam Chomsky: «La historia no se repite, pero a veces rima»


Noam Chomsky, el intelectual disidente de renombre mundial, padre de la lingüística moderna, durante una reciente visita a su ciudad natal, Boston —donde fue profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts durante más de medio siglo—, pronunció un discurso donde llama a quienes aún tengan uso de razón, en esta etapa tan irracional que estamos padeciendo los seres humanos, para unirnos contra la creciente amenaza de los movimientos ultranacionalistas y reaccionarios que están brotando como plaga en todo el mundo. A continuación, sus lúcidas y pertinentes palabras:

Si me permiten, me gustaría empezar con una breve reminiscencia de un período que es inquietantemente similar al de hoy, en muchos aspectos desagradables. Estoy recordando que hace exactamente 81 años fue cuando se publicó el primer artículo que recuerdo haber leído sobre temas políticos, el cual es fácil de fechar: fue justo después de la caída de Barcelona, en febrero de 1939.

Dicho texto trataba de lo que parecía ser la inexorable propagación del fascismo en el mundo. En 1938, Austria había sido anexionada por la Alemania nazi. Unos meses más tarde, Checoslovaquia fue traicionada y puesta en manos de los nazis en la Conferencia de Múnich. Para ese entonces, en España, una ciudad tras otra caía ante las fuerzas de Franco. En febrero de 1939, Barcelona fue capturada: fue el final de la República Española. La notable revolución popular, la revolución anarquista, de 1936 a 1938, ya había sido aplastada por la fuerza. Parecía que el fascismo se iba a extender sin fin.

Pueden decir que no es exactamente lo que está sucediendo hoy en día, pero, si podemos tomar prestada la famosa frase de Mark Twain, «La historia no se repite, pero a veces rima», existen demasiadas similitudes para pasarlas por alto.

Cuando Barcelona cayó, hubo una enorme inundación de refugiados procedentes de España, la mayoría de ellos se dirigió a México, unos 40,000. Algunos fueron a la ciudad de Nueva York y establecieron oficinas anarquistas en Union Square, así como librerías de segunda mano en la 4ª Avenida, justo donde obtuve mi primera educación política, vagando por esa zona. Eso fue hace 81 años.

No lo sabíamos en ese momento, pero el gobierno de EUA también estaba empezando a pensar en cómo la propagación del fascismo podría ser prácticamente imparable. No lo vieron con la misma alarma que yo entonces, un niño de 10 años. Ahora sabemos que la actitud del Departamento de Estado era bastante ambigua en cuanto a la importancia del movimiento nazi. De hecho, había un cónsul estadounidense en Berlín que estaba enviando comentarios bastante mixtos sobre los nazis, sugiriendo que tal vez no eran tan malos como todo el mundo decía. Tal cónsul se quedó allí hasta el día del ataque a Pearl Harbor, cuando fue retirado, se trataba del famoso diplomático George Kennan. No es un mal indicio de la actitud ambigua hacia dichos acontecimientos.

Poco después de esto, en 1939, el Departamento de Estado y el Consejo de Relaciones Exteriores comenzaron a hacer planes sobre cómo sería el mundo de la posguerra. Y en los primeros años, justo en ese momento, asumieron que el mundo de la posguerra se dividiría entre una parte del planeta controlado por los nazis —la mayor parte de Eurasia— y otra por los EUA —el hemisferio occidental, el antiguo Imperio Británico, del que Estados Unidos se haría cargo, partes del Lejano Oriente—. Y esa sería la forma del mundo de la posguerra.

Tales puntos de vista, ahora sabemos, se mantuvieron hasta que los rusos cambiaron la marea durante la batalla de Stalingrado, en 1942, además, la enorme batalla de tanques en Kursk, un poco más tarde, dejó bastante claro que los soviéticos derrotarían a los nazis. La planificación cambió junto con la imagen del mundo de la posguerra, pasó a lo que hemos visto en el último período desde entonces. Bueno, eso fue hace 80 años.

Hoy en día no nos enfrentamos al surgimiento de algo idéntico al nazismo, pero sí a la propagación de lo que a veces se llama la «Internacional Ultranacionalista y Reaccionaria», pregonada abiertamente por sus defensores, incluyendo a Steve Bannon,[i] el empresario del movimiento, quien se ha anotado otra victoria: la elección de Netanyahu en Israel, que solidifica la alianza reaccionaria que se está estableciendo, todo esto bajo la égida de EUA, dirigida por el triunvirato Trump–Pompeo–Bolton.

Por su parte, la alianza del Medio Oriente consiste en los estados extremistas y reaccionarios de la región —Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto—, conducidos por la dictadura más brutal de su historia, con Israel justo en el centro de ellos enfrentando a Irán, como ya nos quedó claro a todos.

Además, están las graves amenazas a las que nos enfrentamos en América Latina: la elección de Jair Bolsonaro en Brasil puso en el poder al más extremo, el más escandaloso de los ultranacionalistas de derecha que ahora asolan nuestro hemisferio. Además, Lenin Moreno de Ecuador dio un fuerte paso para unirse a la alianza de extrema derecha, cuando expulsó a Julian Assange[ii] de la embajada en Londres. Es obvio que Assange, si es extraditado a EUA, enfrentará un futuro muy peligroso, a menos que haya una protesta popular significativa. En cuanto a México, representa una de las raras excepciones en América Latina con respecto a estos acontecimientos. Sin embargo, en Europa occidental, los partidos de derecha están creciendo, algunos de ellos con propuestas aterradoras.

Pero existe un contra–desarrollo en el escenario que nos ocupa: Yanis Varoufakis, el ex ministro de finanzas de Grecia, un individuo muy significativo e importante, junto con Bernie Sanders,[iii] ha instado a la formación de la Internacional Progresista para contrarrestar la Internacional de Derecha que se está desarrollando. A nivel de los Estados, la balanza se inclina abrumadoramente en la dirección equivocada. Pero las naciones no son las únicas entidades, a nivel de las personas, la realidad luce bastante diferente, y eso podría marcar la diferencia, ya que apunta a la necesidad de proteger las democracias que funcionan, de mejorarlas, de hacer uso de las oportunidades que ofrecen, ya que los tipos de activismo que han llevado a un progreso significativo en el pasado podrían salvarnos en el futuro.

[i] https://www.elindependiente.com/politica/2019/03/26/quien-es-steve-bannon/

[ii] https://tropicozacatecas.com/2019/04/13/axis-mundi-assange-y-el-cimiento-de-nuestra-cordura/

[iii] https://es.wikipedia.org/wiki/Bernie_Sanders

 

Carlos Hinojosa*

*Escritor y docente zacatecano

Puedes compartir esta noticia en tus redes sociales.
Previous Dan la bienvenida al personal del Servicio Militar Nacional en El Mineral
Next Miguel Torres, vicepresente de la Asocación de Autoridades Locales de México